miércoles, 22 de septiembre de 2010

¡¡¡Qué bien escriben algunos hombres!!!

Quería poneros un párrafo del libro que estoy leyendo actualmente: "El primer hombre" de Albert Camus. No sé si habréis oído hablar de él, pero si pincháis en la foto, os llevará a una pequeña biografía suya. No quiero enrollarme mucho, así que os pongo el párrafo para que lo leáis detenidamente. A mi me encantaría que me dejarais ser como el profesor Germain.
“No, la escuela no sólo les ofrecía una evasión de la vida de familia. En la clase del señor Germain por lo menos, la escuela alimentaba en ellos un hambre más esencial todavía para el niño que para el hombre, que es el hambre de descubrir. En las otras clases les enseñaban sin duda muchas cosas, pero un poco como se ceba a un ganso. Les presentaban un alimento ya preparado rogándoles que tuvieran a bien tragarlo. En la clase del señor Germain, sentían por primera vez que existían y que eran objeto de la más alta consideración: se los juzgaba dignos de descubrir el mundo. Más aún, el maestro no se dedicaba solamente a enseñarles lo que le pagaban para que enseñara: los acogía con simplicidad en su vida personal, la vivía con ellos contándoles su infancia y la historia de otros niños que había conocido, les exponía sus propios puntos de vista, no sus ideas, pues siendo por ejemplo, anticlerical como muchos de sus colegas, nunca decía en clase una sola palabra contra la religión ni contra nada de lo que podía se objeto de una elección o de una convicción, y en cambio condenaba con la mayor energía lo que no admitía discusión: el robo, la delación, la indelicadeza, la suciedad.

Párrafo del libro “El primer hombre” de Albert Camus (1994)

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